
(Imagen tomada del blog: NI LIBRE NI OCUPADO)El Señor Sánchez-Dragó tiene una vena de vedette que no sabe ni quiere esconder. Le gusta montar su show particular y aspira a consolidar su imagen de excéntrico, imitador de modelos intelectuales carismáticos, que le quedan todos grandes y no le ajustan bien. Ahora, además, en el duelo interno que vive para decidir si prefiere ser intelectual da secas o político, le debe dar envidia de los personajes...