jueves, 10 de diciembre de 2009

Comunicación profesional VS hablar por hablar

La lucha para profesionalizar las líneas de comunicación es uno de los huesos más duros de roer para quienes nos dedicamos a la comunicación corporativa. Cuando formas parte del departamento de comunicación de una empresa, eres como un alienígena en un entorno en el que todos se dedican a otra cosa. No eres parte de un proceso clave (tu empresa no produce ni vende comunicación), sino que en realidad eres parte del proceso estratégico (aunque el producto de tu empresa sea el mejor, si nadie lo sabe, no se vende, ni trasciende); pero en ocasiones tu departamento está mal ubicado y esto supone una dificultad de entrada. En tal caso la primera lucha es de posicionamiento dentro del entorno: crear el propio perfil. Inventarte una forma de trabajo, y demostrar que no sólo eres útil, sino necesario.

Superado este reto inicial, el día a día tiene una dificultad recurrente que con el tiempo se convierte en compañera de camino. En nuestro caso es el conjunto de ideas preconcebidas, falsas certezas y opiniones que intercambia el entorno directivo sobre la comunicación. Partimos de una desventaja inicial: no nos dedicamos a la física cuántica, así que todo el mundo sabe comunicar. Todos leemos, escribimos y hablamos. Todos somos usuarios de diversos canales de comunicación y tenemos experiencias comunicativas vinculadas a nuestro entorno profesional. Este punto de partida suele convertir a los responsables de muchos departamentos en 'comunicadores amateurs' que no dudan en aportar consignas o sugerencias (cuando no órdenes) que en ocasiones no están basadas en la realidad, ni tienen en cuenta lo difícil que es en la práctica manejarse con cierto rigor cuando hablamos de un campo en continuo movimiento, en el que la investigación es complicada porque analiza comportamientos humanos, anticipa reacciones y construye respuestas a supuestas preguntas que con dificultad intentamos conocer.

Los errores más frecuentes que observo en este tipo de situaciones son los siguientes:

- Se recomienda el uso de herramientas de comunicación como parte esencial de las campañas sin haber reflexionado antes sobre "QUÉ" se quiere transmitir.

Incluso se da el caso de que alguien recomiende lanzarse a usar soluciones muy actuales y renovadas (redes sociales, twitter, blogs...) sin ni siquiera ser usuario de una de ellas a modo particular. Se recomienda así el uso de una herramienta basado en que "otros la usan".

- Se obvia la comunicación interna dando por hecho que existe, y se quiere construir un universo paralelo de influencia en el exterior sin haber sido capaz de controlar los mensajes cotidianos en un entorno limitado y controlable.

- Se utilizan las propias percepciones como 'ciencia', con afirmaciones como "la gente está interesada en..."; "lo que el público demanda es..."; cuando una de las dificultades con las que trabajamos los departamentos de comunicación es precisamente con la dificultad de averiguar qué quieren nuestros públicos exactamente.

- Se menosprecia la labor analítica de los profesionales de la comunicación y se va "al grano": diseñemos un blog, creemos una página web, activemos un foro... Sin establecer previamente mecanismos para poder explotar la información que supuestamente vamos a recibir a través de estos canales informativos.

- Se adopta una posición favorable a la espontaneidad en las comunicaciones rechazando la dimensión técnica del proceso de difusión de un mensaje, por considerarlo poco necesario, y demasiado complejo. Mejor 'hablar por hablar', a modo de experimento práctico, corrigiendo sobre la marcha.

- Se prefiere una comunicación sectorial desde cada "fuente" (cada departamento, cada línea de negocio...) sin entender la importancia de aportar una visión global al conjunto de mensajes. Se considera que cualquier elemento técnico de la organización es un portavoz válido. Se da por hecho "que lo hará bien", pero no se tiene en cuenta el matiz personal que trasciende en cada mensaje y el hecho de que dos personas de un mismo ámbito pueden contar la realidad de manera completamente diferente. Realmente, aunque todos sepamos comunicar, no todos somos BUENOS COMUNICADORES. No hay más que observar a personas diversas en una misma reunión: en cada mensaje se transmite una gran cantidad de elementos accesorios (emociones, intenciones, recelos...)que no es fácil controlar. Cualquiera de estos componentes impregnará los mensajes corporativos si se emiten desde un portavoz personalizado, individual y no articulado en el conjunto de la estrategia corporativa.



Estoy segura de que quien trabaje o haya trabajado en este área reconocerá fácilmente estos vicios del entorno y si ya se ha dotado de la paciencia y la resignación convenientes, elevará la mirada, adoptará una pose escéptica de "incomprendido/a", y sabrá que es algo con lo que hay que lidiar cada día, con las mejores armas que tenemos que son nuestras dotes de comunicadores y las habilidades sociales que podamos haber reunido para poder adoptar alguna de las actitudes siguientes:

- Evitar el enfrentamiento directo con quien aporta estas ideas poco elaboradas.

- Ofrecer alternativas prácticas en vez de adoctrinar al personal con cómo debería ser el verdadero proceso de diseño de una estrategia.

- No ofrecer nunca una negativa rotunda ante una sugerencia de este tipo. Matizarla, reconducirla o proponer alternativas similares.

- Programar el desarrollo del plan de comunicación en encuentros sucesivos a lo largo de los cuales encargarse de hacer las propuestas para que los implicados hagan las matizaciones oportunas (esto da mayor margen a introducir elementos 'ortodoxos' de elaboración de una línea de comunicación).

- Ante un imperativo jerárquico o una sugerencia-orden, asumir que la Dirección de la empresa también puede crecer equivocándose y que poner en marcha un mecanismo poco eficaz de comunicación puede ser la mejor forma de encontrar el camino correcto, anque suponga asumir el coste del error. En tal caso, aportar el propio conocimiento para minimizar el posible impacto de este error.

- Y en última instancia... algo de humildad. Reconozcamos que también nosotros tenemos muchas ideas preconcebidas, aunque estén basadadas en la experiencia y el conocimiento de nuestro trabajo. Tal vez dando cabida a opiniones menos profesionales podamos llegar a cuestionar esas "vacas sagradas" a las que a veces respetamos en exeso.

Mucha paciencia y ¡ánimo!

lunes, 7 de diciembre de 2009

ARTE: el hombre invisible

Me ha parecido curioso este link que se ha publicado en algunos medios de internet, con ejemplos de la obra de un artista que logra casi desaparecer a la vista del público gracias a su habilidad para pintar su cuerpo a semejanza del paisaje.


jueves, 3 de diciembre de 2009

S.O.S. Amenazas para la comunicación en España

[IMAGEN: Eneko/20minutos.es]


Creo que para alguno el paso que ha dado el Gobierno en el Proyecto de Ley para una economía sostenible es algo que produce una reacción que oscila entre la incredulidad y la alarma. En este proyecto de ley la libertad de expresión y desarrollo de las comunicaciones da cientos de pasos hacia atrás con la única justificación de proteger una industria específica que ha creado su negocio en función de una necesidad que las tecnologías han ido mermando: la reproducción de una obra.

Algo que para el resto de sectores forma parte del día a día (obligación de innovar, necesidad de superar los cambios que el desarrollo social y tecnológico crean en torno a su mercado), parece que no será el contexto en el que esta industria privilegiada quiere seguir imponiendo su inmovilidad, aun a costa de mermar derechos fundamentales para el resto de los ciudadanos.

Los usuarios y amantes del mundo abierto que genera Internet no hacemos más que llevarnos las manos a la cabeza, y los argumentos que desde diversos blogs, plataformas y altavoces se están emitiendo en contra de este proyecto de ley me parecen de una obviedad aplastante.

Me hago eco de la postura de alguno de estos foros en los que se expone con gran rotundidad la alarma que compartimos todos:


- Merodeando: Antes sin música y cine, que sin libertad.
- Xataka: En defensa de los derechos de los ciudadanos en internet
- Microsiervos: Ley de Economía Sostenible e Internet, un desastre en ciernes
- Escolar.net: La música mató el juicio justo
- Weblogssl: En defensa de los derechos de los ciudadanos en internet
- Enrique Dans: Involucionismo digital, la vergüenza de la democracia o el gobierno de Los Otros


Es la parte de aliento que tiene esta bochornosa situación: el modo en que la red se ha activado para pedir a la ministra de Cultura que no siga adelante esta línea de sobreprotección de los intereses de unos pocos por encima del derecho de todos a la libertad de expresión y difusión de productos artísticos, culturales o intelectuales.

El primer ejemplo de esta reacción es el MANIFIESTO que se recoge en multitud de webs, blogs y medios online. En él se expone claramente el porqué de este rechazo al proyecto de ley.

Me parece tan obvio lo que está ocurriendo que no entiendo que el Gobierno tenga la mínima duda en admitir que lo que está llevando adelante es un despropósito.

Si pienso en las leyes del mercado, me viene a la mente el concepto simple de la oferta y la demanda que rige, de entrada, una actividad comercial. En ese contexto es en el que ubico las oportunidades de negocio que se aprovechan según las circunstancias para ofrecer a otros lo que en un momento determinado necesitan o requieren. Si las necesidades cambian, el proveedor deberá buscar otro nicho de mercado, crear otra necesidad en el consumidor o inventarse productos nuevos. Así entendí siempre esta económia que puede tener cosas buenas y cosas malas pero que para el caso que nos ocupa, los autores y la industria que protege la reproducción, ha sido fuente de beneficios obtenidos por la aceptación de estas reglas.

El problema viene cuando las circunstancias externas cambian (cambian para todos, claro está) y estos individuos que han obtenido ventajas de un sistema, ahora quieren modificarlo para perpetuar estas ventajas con un chaleco salvavidas que les aleje del mundanal ruido.

Alguien debería explicarme por qué este grupo de artistas no tienen reparo en obtener el máximo beneficio de la arbitrariedad de un mercado, cuando les toca ganar (pensemos en los beneficios millonarios que puede aportar la distribución de una obra que alcance fama mundial o de la que se vendan miles de copias), pero luego quieren frenar esta arbitrariedad cuando les toca no ganar tanto.

No entiendo por qué si la tecnología ha hecho que determinados servicios dejen de ser negocio (una herrería, una imprenta, un amanuense...) el hecho de que la tecnología les reduzca el margen de beneficio a quien ha hecho negocio de la reproducción de una obra deba tener un grado de protección máximo.

Yo no entiendo que cuando yo elaboro un informe para mi trabajo, o entrego un dossier elaborado por mí a mis jefes, éstos puedan hacer copias, remitirlo a otros responsables, fotocopiarlo, leerlo y usarlo, sin que por cada vez que este texto se multiplique o se utilice a mí me aporten una prima más en mi nómina. No entiendo que un cantante o autor trabajen un solo día y crean lógico cobrar el resto de su vida por algo que han hecho una sola vez. Incluso igualando en el ámbito artístico, pienso en un pintor que crea una obra y no recibe dinero cada vez que una persona la visualiza... ¿Tanto asusta que el talento de un artista esté basado en la ejecución de su pieza en directo? ¿Que el negocio de la música deje de ser la venta de CDs y pase a revitalizar el negocio de los conciertos o recitales?

El negocio de los derechos de autor es un negocio, como tantos otros, basado en la coyuntura puntual de un mercado. El mercado es tirano, pero tiene la dulce cara de poder enriquecer hasta lo impensable a quien sabe jugar bien sus cartas, tiene suerte, talento y la respuesta incontrolable de los consumidores. Pero si esta respuesta cambia, o aceptas que las cartas han modificado la partida, o tienes que jugar según las reglas, y adaptarte a esta situación. O si pides un cambio regulado para la misma, que sea un cambio para todos y que a partir de ahora protejamos todos los sectores industriales, obligando al usuario a no usar un exprimidor para que el vendedor de tetrabriks no pierda negocio; o tal vez no enseñando a leer en los colegios para que el juglar siga teniendo su mercado.

Señores, por favor, que la ceguera de unos pocos no nos condenen a todos a volver a las cavernas.


NOTICIAS DE INTERÉS:

- González-Sinde se reúne con especialistas en Internet para hablar de descargas y propiedad intelectual (PÚBLICO)
- Reportaje de sobre la legislación europea y su aplicación (EL PAÍS)

viernes, 27 de noviembre de 2009

Algunos cambios reciente de marca-logo. ¿Cómo afrontarlo?

Leía ayer en el blog de Artesvisuales una estupenda entrada sobre la nueva estrategia de marca de Telefónica-Movistar. La empresa de telefonía lanzó una nota de prensa el pasado 18/11/09 advirtiendo del cambio. En ella se informaba de que:






"Telefónica tendrá como únicas marcas comerciales de la compañía Movistar, para España y Latinoamérica, y O2, para Europa. La denominación Telefónica quedará como enseña institucional y el desarrollo de la nueva identidad visual permitirá una mayor consistencia y coherencia en comunicación en todos nuestros mercados."


Los chicos de Artesvisuales analizaron el aspecto estético y comunicativo de la imagen escogida para reflejar esta nueva identidad corporativa. A mí me interesa especialmente el modo en el que una marca implanta esta nueva orientación en su línea de productos y trato directo con el cliente. Es decir, ¿se lanza el aviso y posteriormente se orquesta una campaña global con la que inundar el mercado y así consolidar el nuevo nombre? ¿Se advierte específicamente al usuario de este cambio para que no se desoriente o se prefiere el cambio tácito a raíz de una fuerte inversión publicitaria? Imagino que en el caso de Telefónica seremos testigos involuntarios de su estrategia, que parece que comenzará en 2010.



Los conceptos que hay detrás de su nueva imagen de marca son la madurez y la unificación de sus productos bajo un mismo epígrafe: dicen que su logo cambia para transmitir una imagen más "adulta" y con más "presencia". A partir de ahora la marca 'Movistar' será la que lidere sus productos, con el subtítulo correspondiente según se trate de telefonía 'móvil', 'fija', 'internet'...

Coincide esta experiencia con otro caso de impacto mucho menor porque se trata de un ámbito reducido y específico, de menores recursos aunque mucho potencial para llegar a su usuario-objetivo: el Congreso de Webmasters cambia de nombre y se llamará 'Congreso de Internet'.

Son casos muy diferentes, con enfoques, alcance y necesidades particulares, pero ambos casos son ejemplos de un proyecto o empresa que se enfrenta a cambiar algo en lo que ha invertido tiempo y esfuerzo: crear su imagen.

Está claro que las empresas son algo vivo y la realidad tiene imperativos que obligan al cambio. A veces el cambio de imagen es resultado de un cambio de estrategia, y entonces busca reflejar estas nuevas ideas y política de la marca, y en otras ocasiones se opta por cambiar la imagen o el nombre para que a raíz de allí pueda surgir un nuevo rumbo.

Los elementos que se manejan en estas situaciones son los clásicos componentes de la imagen corporativa y la identidad corporativa, que no caducan aunque los enfoques deban actualizarse y la reflexión deba descender a un terreno cada vez más concreto y práctico.


Yo lo veo así:



Por tanto, habrá ocasiones en las que el QUÉ preceda al CÓMO, y se diseñe un cambio de identidas que se rubrica después con un cambio en la imagen. En otros casos, la falta de línea estratégica o un enfoque centrado sobre todo en los resultados, harán que empecemos "la casa por el tejado" y se aproveche un cambio de actuaciones que se rentabilice para darle el sentido de un cambio de imagen. Depende del contexto: necesidades, tiempos, recursos...

El vértigo ante un planteamiento de cambio de imagen es la parte intangible de la misma. ¿Cómo valorar si perdemos o ganamos con ello? La imagen de una marca se va consolidando de manera libre. Puede orientarse, puede canalizarse, pero al final dependes de LO QUE ERES PARA OTRO. Por lo tanto hay un matiz impredecible.

Al decidirse por un cambio debemos entender que los beneficios probables, incluso los mínimos que podamos obtener, compensan el riesgo de perder definición y presencia. Influye mucho la solidez de nuestra marca. No tanto por el peso absoluto de la misma, sino por su grado de penetración en el ámbito-objetivo en el que desarrolla su labor. Si nuestro público es muy concreto, muy definido y muy asequible, seguramente el proceso de cambio conlleve menos riesgo. Cuando el público es más difuso y genérico, hay un riesgo mayor, pero también el margen de error es más amplio porque contamos con un universo de clientes-usuarios más amplio y el comportamiento individual no es tan decisivo.

La comunicación corporativa actual aporta la ventaja de que podemos concebir una estrategia comunicativa MULTIPLATAFORMA para abordar un cambio de imagen corporativa. No tenemos que recurrir en excluvisa a la publicidad para lograrlo. Puede conllevar cierto "síndrome de multitarea", el estar atento a todos los ámbitos y canales, pero el potencial de orquestar un proceso bien sintonizado es muy elevado y está al alcance de marcas grandes y pequeñas.

De hecho, me resulta curioso que, más allá de la diferencia que hay entre las dimensiones de ambas noticias puestas como ejemplo, mi acceso a ellas se ha producido por vías similares: en el caso de la noticia de Movistar, la leí en mi suscripción al blog de Artesvisuales, mientras que la noticia del Congreso de Internet me llegó vía Twitter.

Podemos decir, con este pequeño ejemplo, que la aplicación más práctica de la web 2.0, el "boca-oreja" o la recomendación, destacado o reenvío de información, parece que va cobrando peso en su capacidad para hacer que una información llegue a los públicos interesados.

martes, 20 de octubre de 2009

Cliente telefónico vs. cliente presencial, una cuestión de protocolo


Es un fenómeno que no me canso de observar y reprochar. También incido sobre él cuando toca hablar o teorizar sobre lo que se debe y no se debe hacer en la comunicación directa con un cliente o un usuario de nuestros servicios.

La escena es la siguiente: un cliente acude a consultar o solicitar una información ante un profesional (banco, comercio, ventanilla...) y en ese momento suena el teléfono con una llamada de otro cliente o usuario.

¿Qué solemos encontrarnos entonces?

La mayor parte de las veces se prioriza la atención telefónica, y creo que es un error si ambos usuarios están en igualdad de condiciones y son dos consultas similares. Del mismo modo que no nos parecería correcto "colar" a otro usuario para darle una atención preferente, no debemos interrumpir la consulta o el trato con nuestro cliente para dar entrada a una tercera persona.

El teléfono tiene una connotación de urgencia, de reclamo, que nos hace saltar automáticamente y darle prioridad ante todo. Incluso en las relaciones personales o en las relaciones públicas profesionales. Da la sensación de que el que está aquí con nosotros puede esperar, mientras que el que llama tiene que ser atendido.

Deberíamos incorporar una fórmula establecida de antemano para no tener que improvisar cuando se dé esta situación. Una llamada... sí, pero después. Demos este mensaje directo a quien llama, delante del otro cliente: "Por favor, estoy atendiendo a un cliente, llame en diez minutos". O silenciemos el teléfono si vamos a atender a un usuario.

Posteriormente, eso sí, no obviemos las llamadas sin responder, si hemos ofrecido este número públicamente para consultas.

jueves, 1 de octubre de 2009

Congreso de webmasters 2009


Nos vemos este fin de semana por allí.

Mis ponencias escogidas para dejarme caer son:
- Analítica web (Adrián Segovia)
- Audio y video 2.0 (Rafa Osuna, Sonia Blanco, Jaime Estévez y Charlie Torres)
- Leyes que nos afectan (Alicia Velasco)
- Herramientas Google para webmasters (Esperanza Navas y Javier Arias)
- Seguridad web (Jorge Martín)


A las que voy a intentar llegar:
- Cómo emprender proyectos web en tiempos de crisis (Alejandro Suárez-Sánchez-Ocaña)
Ya os contaré qué tal.
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(Actualización a 20/10/09)
El congreso me pareció un buen foro para poner en contacto a personas con intereses comunes y diversos englobados dentro de la profesión o labor de gestionar páginas web. Quizás lo positivo de esta reunión sea igualmente su punto más negativo: demasiado genérico el colectivo y, por lo tanto, una reunión poco participativa a pesar del formato.
El programa era atractivo en algunos puntos pero también se percibió saturación en alguna de las temáticas y puntos de vista expuestos (demasiada referencia a Google, un claro protagonismo de Microsoft en las herramientas...).
Hubo mucho debate sobre los aspectos que más interés despiertan actualmente (web 2.0, redes sociales, analítica web...), pero se echó en falta que bajo este paraguas de "WEBMASTER" no se incluyesen otras facetas o aspectos que igualmente tienen que ver con nuestra profesión como una reflexión más profunda sobre contenidos, sobre mensajes, técnicas para canalizar la información, herramientas ad hoc para facilitar el diseño, o la gestión de las webs...
Supongo que el evento ha superado sus propias expectativas y ha crecido en alcance antes de haber podido estar preparados para ello. Creo que debería organizarse la próxima edición de otro modo para adaptarse al eco que genera. De otro modo, terminará por no resultar útil, o será útil solo para un colectivo concreto.
Para mí las ponencias e intervenciones más interesantes, de las que asistí fue la de PERE ROVIRA y JAVIER GODOY.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Shatzkin: El futuro de la edición pasa por las redes sociales

El mundo editorial se encuentra inmerso en la reflexión sobre qué novedades traerá el futuro a un sector que comprueba día a día los pasos de gigante con que evolucionan los sistemas de comunicación social, las herramientas de difusión y acceso a la producción de contenidos. En este maremagnum de voces inquietas, se escuchan de vez en cuando discursos certeros que aportan claves que considerar y a las que prestar atención.

Este es el caso de la presentación realizada por Shatzkin (fundador de Idea Logical Co.), en la BOOKEXPO AMERICA (mayo-2009).



Muchos hemos llegado a esta interesante información a través de la transcripción que ha publicado SOYBITS.


Después de su lectura, las claves con las que me quedo son las siguientes:

- Ver el cambio como "evolución", es decir, como una proyección lógica y saludable que ofrece más oportunidades que amenazas y ante la que no se puede ser indiferente.

- El concepto de 'nube' como futuro de la distribución, almacenamiento y gestión de contenidos, resolviendo por sí misma "grandes" preocupaciones actuales sobre frenar la piratería, conflicto con libre acceso y lesión de la propiedad intelectual, etc.

- Énfasis puesto en el márketing, por encima de la distribución (que pasa a ser algo secundario)

- Cambio de mentalidad necesaria por parte de los sectores y profesionales involucrados: de contenido a contexto.

- Como consecuencia: se supera la idea tradicional de 'comunicación' (implicada en el proceso de marketing, publicidad y difusión) para poner el acento en la importancia de 'crear relaciones' que fomenten y hagan posible este intercambio.

- Más ideas en contra de las actuales preocupaciones sobre derechos del autor: "es más importante tener público que propiedad intelectual".

- Identificación de los principales temores: lo que asusta es no saber cuál es el nuevo modelo de ingresos que se va a imponer.

- Una interesante clave económica: "estamos ante una década de transición, lo que quiere decir que los costes van a subir y los ingresos a bajar porque estamos manteniendo múltiples modelos".

- El libro no desaparece.

- Las habilidades del editor no desaparecen. Siguen siendo necesarios porque en el nuevo modelo también hay hueco para lo que mejor saben hacer: comprar proyectos basados en ideas.

- Idea final: contenidos y mercados son superados por bases de datos y redes.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Reflexiones sobre blogs, puntualidad, lectura y actualización



Después de una lenta "rentrée", con la mente puesta en reorganizar tareas y diseñar una vida laboral y personal "sostenible", me enfrento a la primera actualización de septiembre con una reflexión que no podía ser más acorde con mi inquietud bloguera del momento: ¿qué es lo mejor para darle vida a un blog? ¿Qué blogs son los que más me llaman la atención? ¿Por qué dejo de seguir algunos y de otros espero sus actualizaciones con mucha impaciencia?

Obviamente, este es el resultado de mi propia experiencia. Y me resulta curioso observar que lo que más valoro de los otros blogs no es necesariamente lo que yo hago con el mío, lo cual me confirma que la anarquía reina en Comunicar-t. Habrá que tomar medidas para darle una pincelada de 'atractivo' :-)


1.- ¿Actualización frecuente?
La tiranía de todo bloguer parece ser la necesidad de tener el diario a punto. No hay excusas. Un blog desactualizado huele a rancio. Sin embargo... He repasado los blogs que sigo y me he dado cuenta de que los que se actualizan con demasiada frecuencia NO LOS LEO.

En estos casos, mantengo la suscripción, sigo visualizando los titulares en mi lector de feeds, pero no tengo tiempo para leer todo lo que se publica en los blogs que sigo. Por lo tanto, los que verdaderamente leo son los que ACTUALIZAN SU CONTENIDO AL RITMO DE MI LECTURA.

Lo que sí noto es la existencia de cierta periodicidad. Cuando un blog se actualiza poco pero con un plazo constante (una vez a la semana, una vez al mes...), me resulta más fácil seguirlo. Y valoro realmente encontrar contenido nuevo en mi listado de entradas.


2.- ¿Temática genérica o especializada?
Aquí yo tengo mi particular lucha interna, casi esquizofrénica, con la dimensión más adecuada de temática para un blog. En mis inicios como bloguera, opté por el blog genérico: me dio libertad, me dio un campo amplio para la anarquía y la autocomplacencia, pero encontré muy desordenada su presencia en el efervescente mundo 2.0. La segunda etapa fue más concreta, bajo un epígrafe lo suficientemente concreto pero abierto.

Como lectora, ¿qué es lo que prefiero?

De los 20-30 blogs que sigo a diario, la mayor parte son especializados. Reconozco que lo que me atrae de estas lecturas es la temática que ofrecen. Pero, hay un matiz: dentro de la temática que muchos de ellos comparten, los que más me interesan son los que personalizan esta aproximación y terminan por ofrecerme una visión individual, subjetiva y concreta del tema en cuestión.

Por lo tanto, los blogs temáticos asépticos, muy técnicos y llenos de datos, los utilizo como herramienta para consulta. Para aprender algo concreto, estar informada sobre la actualidad en la materia y obtener links útiles. De estos borro muchas entradas sin leer. Eso sí, las que leo me resultan muy aprovechables.


3.- Los que abandono.
Los primeros que he ido abandonando son, precisamente, los excesivamente prolíficos. Estuve suscrita a algunos blogs te4cnológicos que no era capaz de consumir. La intensidad de publicación me desbordaba y cuando observé mi costumbre de "marcar como leídas" la mayor parte de las entradas, creí que había llegado el momento de eliminarlos de mi lista de referencia.

Otro tipo de blog que he abandonado es el que se salta las normas básicas de la honestidad y humildad en la web. Entiendo que el ejercicio de mantener una bitácora surge de un interés personal por comunicar, entendiendo esta actividad como un camino de doble sentido. Me crispó especialmente un blog venerado y aún seguido por muchos (auspiciado por el marco de la Comunidad de Madrid en su conjunto de blogs de 'madri+d') en el que el gurú firmante obviaba indicar su nombre y mucho menos aportar una dirección de email para contactar.

Al final resulta que en la lectura de blogs interviene en cierta medida un pequeño componente de "feeling" personal con la visión del autor. Si no existe, a mí me cuesta convertirme en lectora.

Y aquí llego a otra duda existencial como público objetivo:


4.- ¿Leer para aprender, para informarme, para divertirme?
Al final resulta que en el buzón tengo un poco de todo. Pero mis blogs estrella son aquellos que completan algunas lagunas que tengo. Me entusiasman los que consiguen crear una visión propia sobre el trocito de realidad del que se ocupan, y me admiran los que documentan con profusión de referencias las informaciones que comparten. Me cansan mucho los que quieren ser eminentemente informativos a costa de repetir informaciones ya publicadas en los medios. Pero me iluminan los que son capaces de usar la actualidad para transmitirme una percepción individualizada de la misma. Prefiero los de entradas breves (no predico con el ejemplo...) pero no sigo ningún fotolog.


5.- Los de... "para luego"
Hay una categoría que no puedo dejar de citar. Son los blogs que publican información interesante, reflexiones contundentes, una buena prosa, y el perfil carismático de su autor, y que debido a su intensidad quiero leer con más calma. Para estos el móvil se me suele quedar corto (suelo leer la mayor parte de las entradas en el lector de feeds de mi teléfono) y en ocasiones guardo estos artículos para concederles más atención en otro momento. Momento... que casi nunca llega.


6.- Los fantasmas
Hay un capítulo de blogs del que preferiría no hablar porque no lo merecen, pero lo haré a modo de catarsis: los blogs "fantasma". Aquellos blogs de amigos que citan continuamente: "lo voy a publicar en mi blog"... "colgaré las fotos en mi blog"... Pero es un blog privado, solo para unos cuantos elegidos. Si es así, ¿para qué promocionarlo tan inútilmente? Insisto siempre en que cierta dosis de elegancia, honestidad, apertura y adecuación pueden ser principios muy recomendables para que nos autoevaluemos los blogueros impulsivos y logremos así bloguear con cierta clase.


Mis 10:

Aquí os dejo el listado de los blogs que más leo, con los que más disfruto y los que han resistido las diferentes cribas que he ido haciendo en mis preferencias.



- El ojo fisgón. (empezó siendo un blog pero ha evolucionado a web)








- El blog de método (¡vaya!, ahora mismo da error la página. Lo dejo por si se recupera)



viernes, 14 de agosto de 2009

Vacaciones I: libros en mi maleta

Efectivamente, desde hace unas semanas estoy de vacaciones y esto supone desconexión de casi todo lo útil o lo inútil que me llena el tiempo en época “laboral”. En realidad hay una desconexión deseada, la que me pide el cuerpo para dejar atrás tantas obligaciones, plazos de entrega, tareas y encargos, y una desconexión forzada… porque no he sido capaz de encontrar un sistema de conexión a Internet que me resuelva la vida online durante este mes de asueto.

[Sobre las particularidades de este último asunto, dejaré una entrada en el blog de ‘COMPRAR-t’.]

En cuanto a lo que han dado de sí mis lecturas de verano, hasta la fecha, puedo resumir que ha habido de todo: aciertos y desaciertos, hallazgos, alguna obligación y algún vicio. Y todavía no ha terminado la temporada, así que espero poder sacar más jugo de esta etapa de recrearse horas y horas en novelas largas, muy veraniegas, o en esas lecturas pendientes (lagunas importantes) para las que no ha habido hueco el resto del año.

Entre los aciertos, citaré dos:

CHESIL BEACH (Ian McEwan): he aplazado bastante tiempo la lectura de este autor, a pesar de que en mi entorno me llegaban muchas recomendaciones (especialmente a raíz de la película ‘Expiación’). Me daba pereza porque la película en cuestión no me entusiasmó y anticipaba que podría estar ante un tipo de narrador que me iba a resultar difícil de apreciar. Nada más lejos de la realidad. Al menos esta novela me ha despertado un gran interés por leer a McEwan. Esta novela se compone de una historia muy simple: una pareja inglesa, a finales de los años 50, no puede superar el pequeño inconveniente que surge en su noche de bodas, motivado por la falta de educación sexual y la incapacidad de ambos para comunicarse. Sin embargo, a pesar de esta línea argumental tan escueta, el texto tiene la capacidad de exponer una gran cantidad de matices, de perspectivas… El narrador consigue combinar la dos voces de la pareja para dejarnos ver de un modo privilegiado el tejido emocional que sostiene una relación tan marcada (y sentenciada) por el contexto de su época. Los personajes se quieren pero de un modo infantil, desentrenado. Son orgullosos, frágiles y torpes. En el seno de la novela, un incidente, un detalle minúsculo, puede condicionar ambas vidas y los destinos de sus protagonistas.


MIDDLESEX, de Jeffrey Eugenides: mi amiga Stella me recomendó esta novela. Tuve varios intentos previos pero estaba claro que necesitaba de una etapa más propicia, para poder leer a otro ritmo y encontrarme con el relato de varias generaciones cuyas vidas confluyen en la particular idiosincrasia de su protagonista, Calliope o Cal, hermafrodita. La primera parte del relato (aún estoy enfrascada en su lectura) lleva al lector magistralmente por las vivencias del exilio de los abuelos de Cal. Se va gestando su particular nacimiento y, en el recorrido, vamos asistiendo al tipo de vida que caracterizó el desarrollo industrial norteamericano en los años 20: la mecanización de las fábricas, las cadenas de montaje… la figura del trabajador reducido a una pieza más de este engranaje bestial… la posterior crisis económica y sus efectos sobre la población… Por el momento, encuentro en la novela la atracción que tienen las historias amplias que recomponen una vida a partir de generaciones anteriores: el peso del pasado, el modo de abrirse camino la historia a través de la supervivencia y las casualidades que pueden determinar acontecimientos importantes y trascendentes para las generaciones venideras.

Entre los grandes chascos, tengo dos de distinta gradación:


UNA EDUCACIÓN INCOMPLETA (Evelyn Waugh): lo cogí con ganas porque el sello de ‘El Asteroide’ suele invitarme a explorar casi todas sus propuestas (la mayor parte de ellas, muy atractivas). De hecho, sigo creyendo que esta narración autobiográfica es completamente válida, y me otorgo a mí misma la culpa por no ser capaz de encontrar en ella la empatía que me anime a seguir con su lectura. El comienzo es tremendamente aburrido: la narración de varias generaciones anteriores, sin interés ni gracia. Un sinfín de datos expuestos sin atractivo. Una especie de “obligación” que el autor parece sentir para resultar metódico. Reconozco que mi interés por las biografías surgen de la sintonía que pueda encontrar con la perspectiva emocional de su autor. Me debe pillar muy alejada emocionalmente del perfil que tiene Waugh como personaje, o tal vez no fue el momento adecuado para dejarme sorprender por él. Quien ha leído este libro me confirmó que la primera parte puede resultar tediosa, pero que mejora al final. Creo que por ahora prescindiré de comprobar si, efectivamente, tiene razón mi amigo.


DE LA MISERIA HUMANA EN EL MEDIO PUBLICITARIO, del grupo Marcuse: un bodrio, para no andarme con rodeos. Una tremenda chorrada mal redactada, peor argumentada y llena de clichés facilones, interesados, forzados… Precisamente en un ámbito en el que es tan fácil observar, analizar y sobre el que es tan sencillo reflexionar, sin tener que caer en un panfleto ridículo.

No creo conveniente, ni siquiera, dedicar mucho tiempo a su crítica. Es simple. Es efectista y lo sorprendente es que teniendo de tantos datos y fuentes para beber y para ilustrar y desarrollar teorías críticas con peso, hayan recurrido a ejemplos que suenan muy antiguos y dejan de lado la mayor parte de los matices y características que definen el sistema publicitario actual.

Imperdonable la simplicidad de otorgarle a la publicidad la responsabilidad de todos los males derivados del sistema capitalista.

Anacrónico hablar de técnicas publicitarias propias de hace una década y no afrontar el cambio considerable que se produce desde hace un par de años en la consideración que esta herramienta tiene del público.

Tremendista su forma de definir a un ciudadano vulnerable, simple, si contexto ni cultura, objeto pasivo del implacable mensaje publicitario que solo busca dañar. (¿No se han parado a pensar que si la publicidad actuase así habría cavado su propia tumba hace años?)

En fin, lamentable.



Entre los vicios, tengo que afirmar que he completado la lectura de la saga ‘MILLENIUM’, con bastante disfrute a pesar de reconocer en estos libros toda la serie de tópicos que los detractores de los best seller no tardan en asignarle a los libros de entretenimiento que logran el fervor del público. Yo soy lectora muy hedonista y lo que le pido a un libro es que me haga disfrutar. El disfrute puede venir de una gran obra literaria, de su perfección, su altura o como quiera llamarse al toque artístico. Pero también puede venir por la empatía con cierta situación narrada, por la atracción hacia ciertos personajes o por el gusto, si cabe, de dejarse engañar claramente y dejarse llevar a terrenos autocomplacientes. Cualquier disfrute puede encerrar algo de perversión, y si leer un libro con muchas trampas, te conecta con este lado cómodo, vaguete y laxo que todos tenemos (yo al menos lo tengo muy desarrollado), para mí el libro cumple mis expectativas y el resultado es que con los libros de Larsson lo he pasado muy bien.


Entre las obligaciones, puedo citar el libro de Mercedes Salisachs, ‘GOODBYE , ESPAÑA’, que he leído para preparar la entrevista a esta autora.

El libro ha obtenido el premio ‘Alfonso X El Sabio’, de novela histórica. A mí me ha chocado, sobre todo, el género en el que lo encuadran porque aunque es una autobiografía ficticia, que se narra desde la voz de la Reina Victoria Eugenia, está presentado de tal modo y con un grado tan alto de verosimilitud, que casi parece una biografía novelada, sin más. Lo de ‘novela’ me cuesta encajarlo.

La entrevista ha sido un gran reto porque se trata de una decana de la literatura y una autora con mucho oficio a sus espaldas. De entrada no comparto el ideal monárquico y la visión de la monarquía y la historia con que se enfoca el libro pero debo reconocer que este no es el ingrediente principal del texto. Lo llamativo del mismo es cómo la autora usurpa con maestría la voz de un personaje aparentemente tan distante y con el que parece difícil empatizar. El punto de vista de la novela, la visión de una mujer que está de vuelta de su propia historia, creo que le da la libertad necesaria para poder darle a su autora este margen de libertad que supongo que necesita, aunque ella lo resuelve con mucha responsabilidad, pues por las entrevistas y declaraciones que he leído para contextualizarme, el rigor de la documentación es una obsesión para ella, referente del trabajo bien hecho.

Sobre el resultado de la entrevista, dejaré más adelante, constancia del número de DELIBROS en el que salga publicado. Espero, yo también, estar a la altura.



Y, por último, tengo que citar también la incursión personal en el mundo de los manuales, porque también me vine de vacaciones con el firme propósito de aprender, de una vez, algo más sobre PhotoShop. Y no lo conseguí.


Me animé al leer la reseña del libro de Anaya: ‘LAS SIETE CLAVES DE PHOTOSHOP’ (Scott Kelby). Su comienzo está escrito con el tono paternalista de los libros de autoayuda y las técnicas de estimulación más energéticas, al modo de los anuncios de ‘Teletienda’ norteamericanos. Pero este mensaje eufórico no encuentra respuesta cuando las lecciones prometidas te dejan más perdida que antes de empezar. Es una pena porque se exponen una serie de herramientas que parecen útiles. Lo combiné con la búsqueda de temas en Internet y al menos conseguí enterarme de cómo se retocan imágenes en Camera Raw… me enteré de que existe el Adobe Bridge, y algunas cosas más. Pero desde la primera lección se van dando instrucciones para hacer y deshacer cosas, sin explicarte nada más sobre lo que estás haciendo. Si las sigues a ciegas, logras el resultado esperado. Se supone que el método de este autor es repetir y repetir (a lo largo de las 7 lecciones clave del libro) para que esto se convierta en automatismo y seas capaz de hacerlo tú sola. Por lo tanto, honestamente creo que para poder criticar el método debería llegar a la lección 7, es decir, que oficialmente no puedo hablar mal del sistema. Lo que no se han planteado es cómo hacer para que el lector-alumno consiga no desfallecer antes de la lección número 2.

Yo prometo que lo voy a intentar de nuevo. En casa. Más adelante. Un día de estos.

sábado, 18 de julio de 2009

Lecturas: El olvido que seremos

Este libro fue recomendación acertadísima de Jesús (La Buena Vida). 

Es difícil transmitir de manera fiel la perspectiva tremendamente personal con la que se mira a un ser querido. Mucho más si a esa persona la engrandece un final abrupto y trágico. Pero Héctor Abad ha logrado pintar, con suave prudencia, pero con sentimientos muy claros, la figura de su padre en este relato equilibrado, emotivo, pero racional; reposado y completamente convincente.

La mayor cualidad de esta narración es el modo con el que el autor te hace cómplice de su ternura y la vehemencia de unos recuerdos que son sobre todo de infancia y, por lo tanto, se presentan con el toque de inconsciencia que la acompaña. Poco a poco estos rasgos sutiles se van solidificando hasta crear una figura completa y rotunda, que le aporta a su infancia la seguridad, el apoyo y el amor incondicional que le va a reforzar en una etapa de miedos, inseguridades y errores, y que le acompañará después en el comienzo de su vida adulta, creando una huella indeleble de la que da testimonio en estas páginas.

La narración se ubica décadas después de que al Doctor Abad le asesinen en Colombia por su actividad pública de denuncia de la corrupción, injusticia y falta de democracia en su país. A sus descendientes les arrebataron entonces un pedazo de vida que jamás recuperarán, pero su hijo comprende, años después, que su misión es recordar todo lo que su padre significó para él, en su pequeño mundo infantil, y para una sociedad necesitada de personas como él, cuya valentía sutil consistió nada más y nada menos que en mantenerse del lado de las convicciones que le sostuvieron y por las cuales él y tantos otros murieron de una manera prácticamente impune.

El tono del recuerdo de Abad Faciolince es tan mesurado que los alardes afectivos llegan al lector con una carga de sinceridad que los hace más plenos. Llega el lector a comprender perfectamente cómo era este hombre grande, que llegó a alcanzar una dimensión moral y humana tan grande del contacto con lo más pequeño y lo más cercano.

Es una historia de amor, recuerdo y pérdida. Un pequeño gesto de justicia para devolver la voz a quien le fue injustamente arrebatada. 

Un homenaje equilibrado pero de una emotividad brillante. 



jueves, 16 de julio de 2009

Información ¿a cambio de qué?

Aunque puede parecer algo exagerado, esta es una de las confusiones más frecuentes con las que me he encontrado en mi trabajo en gabinetes de prensa. En la etapa de creación de un sistema de comunicación corporativa, cuando la empresa empieza a acostumbrarse a intercambiar información y recibir solicitudes de algunos medios para aportar datos o declaraciones, los responsables de la empresa, algo confusos, me han llegado a preguntar "¿en qué nos vamos a beneficiar respondiendo a esta solicitud?" Preguntan si el medio de comunicación publicará su logo, su web, una foto... Si dará la referencia que ellos quieren... En ocasiones incluso el responsable del gabinete de prensa parece que tiene la obligación de "controlar" el producto y te llegan a exigir que el medio publique la información al dictado.

Me toca entonces explicar los parámetros básicos en los que se encuadra este intercambio, un sistema establecido sin modelo alguno y que tiene tantas variantes como entornos en los que se desarrolla. Hay sectores (ámbito político, por ejemplo) en los que este trabajo está mucho más estructurado y los actores del mismo conocen a la perfección su papel. En estos casos la confusión no suele existir y el modelo suele ser muy estable: la empresa asume su responsabilidad social de informar y el medio desarrolla su función de informador recabando datos y controlando el resultado final del mensaje, sin que interfiera (aparentemente) ningún interés publicitario o comercial. Se trata del beneficio para la propia imagen: ser citado, poder dar una versión oficial ante hechos, poder difundir detalles sobre la propia actividad... convertirse en referente, ganar prestigio y peso.

Pero en otros sectores el desconcierto es mayor. Las revistas especializadas en algunos temas llegan a establecer una relación muy estrecha con sus fuentes. En estos casos las fuentes de información son más reducidas y el rigor editorial también. Es frecuente que se realicen intercambios de contenidos y publicidad... patrocinio, etc. entre las empresas informativas y las proveedoras de productos o servicios. En general estas relaciones están bien acotadas porque la información se diferencia de la publicidad dentro de los mínimos requisitos de la ética periodística pero es entonces cuando al gestor acostumbrado a participar en estos intercambios le extraña recibir una solicitud informativa "sin más".

¿Qué obtenemos entonces?

Yo suelo emplear los siguientes argumentos que reflejan cómo veo yo este asunto:

1.- Información y publicidad son conceptos diferentes. El profesional de la información (periodista, redactor...) tiene el control del contenido que va a publicar. Las fuentes pueden aportar datos, referencias, declaraciones... cuyo rigor éste debe respetar, pero no está limitado a una sola referencia ni tiene por qué escribir "al dictado" de ninguna de estas fuentes. Seguimos confiando en la independencia del periodista.

2.- La empresa debe tener claro desde el comienzo, como parte de su plan estratégico o de su plan de comunicación, QÚE ACTITUD quiere desarrollar con respecto a la información, beneficios para su imagen, y compromiso social que desea adquirir. La imagen de una empresa es un valor intangible y un valor añadido: no se puede cuantificar pero sí se puede valorar, porque una imagen positiva enriquece la labor de la compañía. Invertir en su propia imagen siempre será una apuesta sin certezas. Si la empresa decide cuidar de esta faceta pública de disponibilidad y servicio al público, debe actuar en consecuencia y deberá responder a las peticiones de información que reciba.

3.- La empresa debe ser coherente y neutral en su actitud comunicativa. Si se decide asumir este compromiso para informar empleando los medios de comunicación social, es recomendable adoptar una actitud neutral con respecto a los diferentes medios. Deberíamos dar respuesta a las demandas de información que recibamos sin priorizar o beneficiar abiertamente a unos u otros destinatarios. El beneficio de actuar como una entidad responsable y accesible, solo tiene sentido si realmente asumimos este papel.

4.- Debemos asumir que habrá acciones más "rentables" que otras. No todos los medios van a publicar información en la que citarnos como fuente nos resulte igual de beneficioso. Querer cuantificar a posteriori el valor de estas acciones comunicativas no es una actitud coherente con la posición que hemos decidido adoptar y no va a favorecer el desarrollo de un sistema de comunicación corporativa realmente útil. Por decirlo de algún modo, nuestro planteamiento previo debe enfocarse con la mirada a largo plazo y de un modo global. Si queremos ser una entidad que facilita información, transparente, comprometida y dialogante, es ésta la meta y es en función de este objetivo como debería hacerse la valoración del resultado. No debería analizarse el éxito de cada acción por el peso de la publicación obtenida, sino por el modo en que este granito de arena ha contribuido a reforzar y a hacer crecer nuestra reputación.


5.- No olvidéis la estrategia de bienes complementarios. Yo siempre recuerdo este concepto básico del marketing clásico... Si vendes un producto o servicio, no solo te interesa promocionar el uso directo del mismo, sino que hay un contexto en el que se desarrolla tu labor que contribuirá indirectamente a que crezca la necesidad de tu mercancía. Si eres una empresa que vende ropa deportiva, no te resultará indiferente que en la sociedad se difunda una idea favorable a la práctica de deporte entre el público. Está claro que te interesa que los deportistas quieran usar tu marca, pero para ello es requisito indispensable que previamente existan esos deportistas. Por este motivo, será positivo para tu marca que la información que reciba la sociedad sobre la actividad física sea favorable y demuestre sus beneficios.


En fin, sé que es un entorno donde las cosas no siempre son blancas o negras porque, como en las relaciones humanas, las relaciones corporativas también tienen su personalidad y cada entidad es única, con su propia actitud y sus propios vínculos con las otras empresas. Pero espero que estas ideas prácticas puedan servir para que tengamos algo más claro alguno de los puntos de confusión que nos vamos a encontrar según estemos en uno u otro lado.

Seguiremos reflexionando sobre ello.

viernes, 10 de julio de 2009

COMPRAR-T: nuevo blog sobre consumo

Uno de los temas sobre los que más me ha motivado escribir desde que inauguré este blog son aquellos que están relacionados con la defensa de los derechos del consumidor, la protesta o la crítica sobre determinadas prácticas comerciales de marcas potentes y la capacidad que tiene el consumidor para manifestar su postura y premiar/castigar al comercio con su rechazo a comprar o con su capacidad para difundir información.

La tentación era grande y he sucumbido ante ella: hace unos meses puse en marcha COMPRAR-T, un nuevo blog que tiene la intención de:

"... recoger datos e ideas para crear una figura de consumidor poderoso, con capacidad para elegir, para exigir o defender sus derechos. Hacer de comprar un arte. Y saber que en colectivo, el consumidor tiene mucho que decir y un poder brutal."

Espero que el hermano pequeño de este primer blog tenga también la suerte de contar con alguna visita con la que enriquecerse gracias a los comentarios y aportaciones externas, que es realmente lo que mejor sienta a cualquier iniciativa de este tipo.

Os espero allí para que compartáis vuestras experiencias.


¡¡ABRAZOS!!

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ACTUALIZACIÓN A 12.02.10: hace unas semanas decidí retirar momentáneamente el nuevo blog de la red porque no estaba dedicándole el tiempo y el trabajo que creo imprescindibles para poder cumplir el objetivo que me planteé al comienzo. Quería hacer un blog en el que dar consejos útiles a los consumidores y poder recoger experiencias de consumo que nos ayudasen a hacer respetar mejor nuestros derechos. Sigo creyendo que es un objetivo muy válido pero por ello mismo, si no puedo cumplir con las expectativas que yo misma me he creado, es mejor parar y esperar un momento mejor. Gracias a todos los que habéis apoyado este inicio de proyecto y a los que seguro que, cuando resurja, seguiréis allí.

De momento, seguimos encontrándonos en 'COMUNICAR-t', que me brinda la ocasión de reflexionar sobre temáticas cada vez más variadas (pues esto de la comunicación evoluciona al mismo ritmo que evolucionamos nosotros mismos).

miércoles, 1 de julio de 2009

Miscelánea: puesta al día

Por fin ha terminado el mes de junio, lleno de fechas de entrega, remate de tareas y trabajos acumulados. El tiempo dedicado al blog es el primero que se ve afectado ante una etapa de trabajo tan mal dimensionada, así que a pesar de que he continuado leyendo mis blogs de cabecera y de que as voces que más valoro y agradezco me han dado pie a reflexionar sobre varios temas, no he sido capaz de volcar estas impresiones en mi pequeño rincón de la red. El resultado: cuanto menos hablas más impone el silencio. La espontaneidad de este medio se pierde y pareces obligada a regresar con un contenido muy elaborado. Sin embargo, la atracción del blog para mí está motivada por el matiz de "chispazo" que ofrece, así que voy a sucumbir a mi propio gusto y estreno mi actividad bloguera de verano con estas pinceladas que resumen y repasan el itinerario que he ido haciendo durante estas semanas sin escribir.


Esto es lo que me ha llamado la atención estos días:


BUENA CAMPAÑA: me ha gustado la campaña que DosPassos ha realizado para la Feria del Libro de Madrid. Han difundido mucha información, con continuidad, con profusión de detalles y declaraciones... Atendiendo a la diversidad de enfoques que presenta un evento como este y, aunque no he percibido grandes innovaciones en su presencia en la red y otros canales, así que me ha parecido una campaña clásica, pero eficaz. Con fundamento y rigor.


LA NUEVA DIMENSIÓN DE LO PRIVADO: están surgiendo reflexiones acertadas sobre el efecto que los nuevos canales y formas de comunicación están teniendo en la propia percepción de lo privado. Estoy a punto de empezar la lectura de 'La intimidad como espectáculo', de Paula Sibila, autora que da pistas y claves sobre el cambio que está sufriendo nuestro concepto de la intimidad. Las nuevas formas de comunicación social facilitan la apertura de un ámbito que antes permanecía más limitado. ¿Cómo nos afecta esto? A nivel individual ya estoy viendo surgir esta cuestión en la filosofía de muchos de los blogeros a los que sigo. De pronto un día se cuestionan sobre este límite... Veo que hay quien decide eliminar su rastro y cambiar su anterior despreocupación por una nueva actitud más prudente. Es curioso cómo coexisten y coinciden en el tiempo las conclusiones de los primeros análisis "desde fuera", por parte de sociólogos y estudioso, con las propias actuaciones 'in situ' de los afectados. No sé por dónde avanzará el fenómeno pero lo que sí tengo claro es que esta nueva dimensión de lo íntimo va a diseñarse en los próximos años. Seguramente aparecerán nuevas categorías, nuevos niveles de acceso a nuestra intimidad, que tendremos que aprender a definir y ordenar.


INFORMACIÓN vs FENÓMENO: cada vez me desmotiva más el papel de los medios de comunicación a la hora de sumarse sin más a esta tendencia tan natural en el ser humano que es la exaltación de lo llamativo, por encima de la rigurosidad en la información. Esto nos lleva a que cuando se produce una noticia, el hecho pasa en un brevísimo espacio de tiempo a dejar de serlo para convertirse en fenómeno. Me parece un error que los medios de comunicación refuercen esta tendencia.

Las personas nos dejamos llevar por las emociones y es comprensible que cualquier ciudadano narre las novedades con ese énfasis que suele afectar al propio contenido; esa emotividad con la que se narran incluso las malas noticias, solo por el pequeño placer que experimenta quien está en posesión de la novedad. Pero ver esto en la televisión, en un informativo, en un diario (menos)... me desmotiva.

Me gustaría que la información profesional se diferenciase más de la información amateur. Me parece que es el modo en el que conseguiremos que la prensa siga teniendo su razón de ser. Hoy en día podemos estar asistiendo al nacimiento de otro género, al igual que en su día se hablaba del contrapunto entre información/opinión. Creo que ahora podríamos hablar del tercer género: "testimonio" o "periodismo ciudadano", como una forma de narrar la actualidad de manera espontánea, directa, sin matices y sin filtros. Con la frescura del "aquí y ahora" pero sin la dosis de mesura, proporcionalidad, selección, discriminación, análisis, contexto y perspectiva que debería dar la visión profesional de cualquier noticia.

Ahora mismo esto es una utopía: la crisis económica se convierte en atrezzo y folklore; la muerte de un personaje célebre se retransmite agrandando cualquier detalle hasta crear perspectivas sesgadas fruto de cualquier testimonio advenedizo que aporte más horas de difusión o cobertura; supuestos delitos graves achacados a responsables políticos se convierten en un simple reforzamiento ideológico de base y solo se emplean como excusa para el tradicional 'derbi' electoral... Creo que se podría hacer más por cambiar esto.


NOTICIAS: estas semanas la información en materia de comunicación e información ha llamado también mi atención con algunos datos concretos:

* Nuevo código de conducta para regular los SMS de los concursos.
* Primera fase del 'apagón analógico'. Desde el 30/06/09, 556 municipios solo verán la TDT.
* Crisis laboral en el sector. Continúan las reducciones de plantilla en las redacciones y los cierres de cabeceras. Es curioso que en varios casos los trabajadores acusan a las empresas de aprovechar el contexto generalizado de crisis económica para justificar lo que no sería sino una mala gestión o movimientos corporativos interesados.
* La muerte de Michael Jackson colapsó la red.
* Se anuncian cambios en la financiación de TVE.


Espero que el verano dé de sí lo suficiente como para poder ponerme al día y retomar la actividad bloguera.

miércoles, 3 de junio de 2009

"Condenados a cambiar"


[Reproduzco una de las notas de prensa de las actividades desarrolladas hoy en la Feria del Libro de Madrid]



Los periodistas Juan Luis Cebrián e Iñaki Gabilondo han dialogado esta tarde sobre los temas fundamentales del periodismo, con motivo de la publicación de El pianista en el burdel, de Cebrián, publicado por Galaxia Gutenberg. El acto, celebrado en el Pabellón Fundación Círculo de Lectores, ha sido presentado por el pensador francés Sami NaÏr.


 

Gabilondo ha comenzado el diálogo con Cebrián refiriéndose a éste como la “gran referencia para los periodistas”. De hecho, ha dicho, “muchos miramos a Juan Luis esperando que nos ilumine el camino, en este momento en el que no sabemos exactamente hacia dónde vamos”.

 

En un momento crucial para la profesión y la empresa periodística concebidos a la usanza tradicional, Cebrián propone en el libro una colección de ensayos sobre diversos aspectos del oficio, al que ha dedicado toda su vida, aliñados con anécdotas personales. Según Cebrián, “saber qué va a ocurrir no es función del periodista; un periodista debe contar qué ha pasado y ayudar a comprender esos hechos. El periodista es un contador de historias”.

 

¿Seguirá existiendo el periodismo tal y como lo concebimos? ¿Qué es ser periodista? ¿Desaparecerá el diario en papel? ¿Cómo competir con las nuevas tecnologías en un mercado global? Estas y otras cuestiones han abordado Cebrián y Gabilondo esta tarde en la Feria del Libro. En la obra, se recoge la tesis de que el periodismo, entendido como arte, como oficio, no debe limitarse a reflejar la realidad, sino ayudar a crear a partir de unos principios básicos una sinfonía que compartirá con el público. “No es un libro de tesis –ha dicho Cebrián—es un libro de relatos en el que subyace una tesis: los periódicos y los medios de comunicación, como los hemos conocido y los conocemos, son uno de los pilares fundamentales de la democracia representativa. Según muchos, más importantes que los partidos políticos”. No obstante, ya no son los formadores de la opinión pública. Ahora está cambiando el paradigma debido a la globalización y las nuevas tecnologías. “Ahora somos menos importantes”, ha señalado Cebrián, que ha continuado diciendo: “Hoy la gente mira las noticias en Google News, y, ¿saben cuántos periodistas trabajan en Google News?, pues ninguno”. Según Cebrián, el problema es que los periodistas “vivimos como si esto no pasara, no queremos darnos cuenta de que la gente se informa a través de otros sistemas”. Este paso de la democracia representativa a la democracia participativa es la que debe inquietarnos, en palabras de Cebrián, “puesto que la primera requiere de una mediación, los medios de comunicación, por ejemplo, y sin embargo en la participativa todo el mundo puede informar, crear su propio medio, sin necesidad de mediadores”.

 

Sobre la empresa periodística, el escritor ha subrayado que cerrarán muchos diarios, “sólo en Estados Unidos han desaparecido ya cien periódicos”. El mundo está cambiando y con él las costumbres de los lectores “que cambian más rápido que los periódicos”. El lector de diarios tiene tendencia a pensar que su periódico, “aquel con el que se identifica”, le pertenece, “forma parte de su propiedad intelectual y de su forma de vida”. Frente a ese espacio privado y casi sagrado aparece la Red, “un lugar público compartido por todo el mundo, donde cambian los parámetros que han regido hasta ahora la empresa periodística: El mundo digital es una economía de demanda, la información es un bien mostrenco”. Para el autor de El pianista en el burdel, “esto nos obliga a los periodistas a una actitud de humildad, a algo que no estábamos acostumbrados”.

 

Iñaki Gabilondo ha preguntado sobre cuál será entonces el papel de los periodistas en ese mundo de conocimiento globalizado. Para Cebrián la tarea principal será la de ayudar a los ciudadanos a comprender mejor ese espacio, “tarea a la que deberían dedicarse también los partidos políticos, sindicatos, instituciones y curas de todas las religiones”. Ante este mundo que ya no se organiza como antes, sino de forma muy distinta, Cebrián concluye diciendo: “No estamos condenados a desaparecer, pero sí a cambiar”.

 

 

domingo, 17 de mayo de 2009

Pluriempleo en periodismo. No saber decir "no"


El retraso en mi actualización del blog habla por sí mismo: estoy desbordada. Se acerca una de esas etapas del año en la que se van acumulando plazos de entrega, textos que entregar, encargos, tareas... Y no me da el tiempo. Creo que esto es más común de lo que podría imaginar y supongo que hay miles de profesiones en las que ocurre. Sin embargo hace tiempo que prometí volcar mis reflexiones sobre cómo afecta esta tendencia a "pluriemplearse" a quienes nos dedicamos a la comunicación. Lo haré, obviamente, desde mi humilde punto de vista, por lo que observo en mí misma y en los compañeros.

El contexto al que me voy a referir es uno concreto: somos redactores formados en la idea (desde la facultad) de que no hacen falta periodistas. No somos necesarios. Informar lo puede hacer cualquiera y si lo haces de manera profesional será difícil que puedas vivir de ello. Para los grandes y motivadores trabajos ya hay lista de espera entre los candidatos con solera o recomendación y si logras un puesto de trabajo tendrás que malvivir con contratos precarios y poco sueldo.

Cuando empiezas a estudiar estás motivada. Hay vocación y hay idealismo. No eres ambiciosa, no pasará nada si tu puesto de trabajo es precario, porque disfrutarás con lo que haces y le dedicarás tiempo y esfuerzo hasta que puedas ser de esos afortunados que sí logran vivir haciendo lo que les gusta. Luego cumples años y descubres que la profesión es eso, una profesión: y que la necesitas para vivir. Te sientes afortunada si tienes un empleo "de lo tuyo" pero no terminas de ver claro que sea estable. "¿Y si...?" La amenaza de un recorte de plantilla, de un cambio en las directrices de la empresa, etc. siempre estarán ahí.

Si no trabas en una redacción y te dedicas a otras áreas, el trabajo parece a veces más estable. Los gabinetes de comunicación están ubicados dentro de empresas o instituciones que pueden tener una mayor solvencia o menor inestabilidad. Además en un gabinete de prensa no suele haber demasiada gente, luego no hay competitividad por sobrevivir. Si el gabinete eres tú, mientras haya tarea, tendrás trabajo. Es una opción de vida diferente, más alejada de lo intrépido pero que te deja ver otras facetas de la comunicación.

Y puedes tener la suerte de que el trabajo te vaya bien. Con desconfianza por tu parte, pero empiezas a ver que sobrevives, y tiras para adelante. Entonces puede que empieces a tener contactos y te empieces a "mover" dentro del área en la que trabajas. El periodismo es muy amplio y tiene mucha versatilidad... Puede que encuentres el modo de colaborar con algún reportaje en cierta publicación o que te encarguen puntualmente alguna tarea. Quien no tiene capacidad para integrar a un profesional en su plantilla "tira" del freelance. Si lo eres, no te queda otra que la multitarea y el pluriempleo para sobrevivir. Si lo incorporas a tu vida como complemento, lo que te van a faltar son horas de sueño porque empezarás a aceptar tareas por la sorpresa de que "haces falta" (son tantos años recibiendo el mensaje de que tu profesión es poco útil...).

Si este es tu caso (es el mío, así que es el que conozco), lo difícil es ajustar el volumen de encargos que puedes aceptar. No sabes decir que no porque existe de fondo la creencia de que hay un componente de suerte (valoran que sea un profesional el que escriba un buen texto) y porque puede que alguna de estas tareas justamente sean el tipo de trabajo que te gusta hacer; no puedes vivir 100% de ello pero tienes la ocasión de incorporarlo a tiempo parcial. Y lo haces, por si acaso. Por si un día terminas cambiando de área. Por si mañana deciden que ya esos textos los puede hacer alguien que no sepa de esta labor. Por si se trata solo de una conjunción de planetas favorable que te permite durante un tiempo tener trabajo... Por si estos contactos pueden servirte en el momento en el que tengas que buscar otro empleo... E incluso, cuando llevas varios años así, empiezas a hacerlo solo por el compromiso personal con quienes te han ido encargando cosas con el tiempo. ¿Cómo les vas a dejar tirados? ¿Cómo les dices que no tienes hueco? El hueco se saca, hombre, es una tarea pequeña....

La precariedad percibida nos sitúa en una posición en la que no creemos que la profesión tenga solidez o no creemos que un trabajo como éste sea apreciado. Esto también influye a la hora de establecer nuestras tarifas. Solemos trabajar por cantidades ridículas. Salvo las colaboraciones prefijadas por las revistas, que suelen tener un sistema de pago por página o por palabras que sigue una lógica aceptable, todas las demás tareas (apoyo a labores de comunicación corporativa, mantenimiento del contenido de una página web, elaboración de boletines, desarrollo de notas de prensa...) las cobras a precio ridículo, lo que hace que la inversión de horas no corresponda con el beneficio.

Ante fechas de entrega que se acumulan, yo he llegado a darme cuenta de que pagaría la cantidad que voy a cobrar por el trabajo para no tener que hacerlo. Pero se mezclan otros factores como la confianza, el compromiso personal, la implicación en proyectos que te han aportado esa motivación extra que no te daba tu trabajo alimenticio.

Nos movemos entre la pervivencia de la vocación y la dificultad para llevar adelante una "vida sostenible".

Para mí lo más agotador de estas situaciones (el pluriempleo o la multitarea) es el desgaste que conlleva la necesidad de "complacer" y dar la talla en diversos escenarios. Tener mucho volumen de trabajo para un único interlocutor te agota en las horas que le dedicas a la tarea, pero el desgaste emocional es menor. Mientras que cuando tienes que rendir ante diversas personas, el esfuerzo complementario que rodea a la tarea (la relación personal, la comunicación comercial, la defensa de tu trabajo, el ajuste de plazos, recibir instrucciones, interpretarlas, explicar condicionantes, advertir de algún imprevisto...) se multiplica por cada una de estas empresas a las que rendir cuentas.

¡Y no hablemos de esos momentos en los que surge algún inconveniente!: una gripe, un problema familiar, un par de días "fuera de juego"... A la oficina llamas y lo explicas. Si es un problema médico llevas tu justificante y sigues las pautas de reposo que te recetan. Pero... ¿qué haces con los "otros" trabajos? Si también desarrollas labores de formación, tendrás que encontrar remedio para no dejar la clase colgada. Si tenías algo que entregar, no puedes enviar mails a todos los contactos advirtiendo que estas mala. Dar tantas explicaciones a veces es más agotador que sentarte en la cama con el portátil y tratar de adelantar algo, entre estornudo y estornudo o en las bajadas de la fiebre (no es exageración, se hace).

Además esta incapacidad para alejarnos de los pequeños compromisos complementarios nos suele llevar a no saber coger vacaciones. Un freelance completo en ocasiones suele tener mejor organizada su agenda y su ritmo de trabajo. Hay profesionales a los que admiro y de los que me gustaría aprender, cuando me exponen sus condiciones de trabajo y observo que han generado un sistema estable, llevadero y compatible con la vida. Supongo que esta es la única vía para poder llevar adelante una labor de este tipo. Pero también imagino que lleva tiempo "fabricarse" un método propio. Tal vez, como en casi todo, ser consciente de ello sea ya el primer paso.

Por mi parte estoy avanzando a ver si consigo desarrollar este sistema personal de gestión de mis tareas. Para empezar, me va a tocar ser más selectiva y el curso 2009-2010 tendré que escoger qué labores quiero seguir haciendo y cuáles no son compatibles con mis necesidades. Me va a resultar muy difícil pensar en ello y un paso previo, innovador, es que voy a tomarme reamente dos meses de vacaciones de mis "pluriempleos" para despejar la mente, sentir verdaderamente que estoy descansando y saborear lo que es tener... ¡¡un solo trabajo!!

Así que julio y agosto se vislumbran en el horizonte como un oasis. Antes tendré que lograr llegar hasta allí, y el camino parece venir en cuesta. Habrá que respirar profundo y caminar. Un poquito más. Ya queda menos.

Lecturas: Este libro te salvará la vida

Un libro sobre el vacío existencial, las relaciones personales que adquieren la dimensión de transacciones, el papel del dinero y los lazos personales, expuestos con un sentido del humor que emplea el absurdo, la burla y el sinsentido de situaciones kafkianas.

La narración expone a ritmo muy rápido las vivencias de Richard Novak, un norteamericano rico que vive en Los Ángeles después de su divorcio. Está solo, lleva una vida cómoda en la que todo está organizado excepto sus relaciones personales que solo funcionan o existen en forma de intercambios o gestiones (asistenta, dietista...). Una mañana todo cambia y estas nuevas circunstancias le obligan a tomar decisiones y a reaccionar de forma improvisada. El suceso desencadenante de este cambio es un amago de infarto que le lleva al hospital donde comienza a vivir el absurdo de un sistema mecanizado de protocolos y automatismos que no le dan respuesta. A partir de aquí tiene que enfrentarse a episodios casi irreales que van construyendo su nueva vida improvisada y diferente: la amistad con un vendedor de donuts, la relación espontánea con su vecino famoso, el peligro que corre su casa al hundirse en un agujero de tierra, el afecto completamente asexual que desarrolla por un ama de casa a la que ayuda a huir de su familia, la concentración de silencio a la que se retira un fin de semana, su amistad con un escritor famoso que se convierte en su mejor amigo sin que él sepa de su identidad...

A través de estos episodios se irá acercando cada vez más a una posible salvación que le evita caer en la desesperación y la soledad. Parece que lo que le salvan son las personas, el modo en que ahora se relaciona con ellas. Quizás ahí esté la clave del libro: una fábula que recoge cómo salva la vida el protagonista. Un manual de supervivencia en el que la clave para no caer es optar por lo descontrolado y lo irracional, manando lo imprevisible y seguro a tomar por saco.

La narración está construida con un ritmo rápido, un relato en presente absoluto a partir de sucesos acumulados y las reacciones que estos provocan. El resultado es un producto curioso, un experimento narrativo que se fuerza a veces hasta el límite. No podemos dejar de evocar voces que han usado este recurso de manera magistral, como Coupland, experto en ofrecer el punto de vista que surge del absurdo y el vacío existencial encerrado en situaciones límite de tono grotesco.

Sin embargo, no estoy de acuerdo con quienes han calificado esta novela de Homes como "el humor de lo cotidiano". No puede ser "cotidiano" estas vivencias que afronta el protagonista precisamente como una huida de su presente habitual. Todo es irreal y todo es una distorsión constante de una vida ordenada, que queda patas arriba. Tampoco percibo ese "humor" del que hablan la reseñas. No creo que en el fondo exista una intención humorística. El juego del abusrdo conduce a percibir la indefensión, la soledad y la falta de referentes emocionales del protagonista, que aparece como una especie de antihéroe con recursos que trata de mantener a flote una precaria estabilidad emocional en un entorno donde en el fondo no cuenta con nadie.

Es una lectura recomendada para quien se siente cómodo con el tono de irreverencia que desprende la voz de su autora. Es un estilo narrativo que a mí me resulta curioso e interesante en pequeñas dosis. A Coupland sí le considero un maestro de esta técnica y consigue sorprenderme. En 'Este libro te cambiará la vida' no llego a sentir esta impresión de sorpresa o de empatía que los personajes de Coupland, a pesar de sus vivencias desbocadas, sí consiguen transmitir. Sin embargo el protagonista, Richard Novak, tiene rasgos de sufridor y superviviente que crean complicidad con el lector. Si no hay empatía, al menos hay cierta comprensión y curiosidad por saber hasta dónde llega la historia. El mensaje de la novela llega más o menos claro. La reflexión. La sensación de que hasta lo más controlado puede fallarnos y entonces ¿qué nos quedará? ¿seremos capaces de salvarnos a nosotros mismos de una realidad sin rutina ni medidas?

domingo, 12 de abril de 2009

La lectura compartida: impresiones de participar en un club de lectura

Cuando recibí la publicidad del ‘Club de lectura’ de La buena vida, me entró curiosidad por comprobar en qué consistía y si me podía aportar algo participar en un grupo de este tipo. La verdad es que con mis lecturas me ocurre algo que en ocasiones me desespera y en otras me avergüenza… Olvido muchísimas cosas. Hay libros que me marcan, y ahí quedan, pero hay otros que leo con intensidad, los disfruto, y en cuanto pasa el tiempo se convierten en una maraña difusa de ideas, que me cuesta recuperar si no tengo claves o recursos para ello. La herramienta más básica que puse en marcha hace un año y medio para acordarme de lo que leo fue tener un cuaderno. Es solo para mí, como apuntes para recordar lo que he leído. Congelo mis impresiones mediante la reseña más doméstica y poco exigente de cuantas se pueden escribir. A él recurro para orientarme y saber qué leí antes de qué otro libro y cuál no he podido incluir aún a pesar de que lo tengo previsto con impaciencia (¿os he hablado de lo que me gusta hacer listas?).

La idea del club de lectura se me antojó, por lo tanto, interesante y me recordó la idea de mi amigo Rafael Cid cuando me dice que cuando se lee un libro éste pertenece al lector; la historia cambia y se convierte en lo que el receptor ha percibido. Me pareció la excusa perfecta para saber cómo se comparte un libro con otra gente. Y allí fui.

Escogí el ciclo de Narrativa actual por una razón peregrina: uno de los libros escogidos lo tenía ya en mi estantería como una de las lecturas con las que me apetecía estrenar el año. Sería una buena ocasión para afrontar esta experiencia con este nuevo matiz.

Al moderador no le conocía y de hecho le confundí con otra persona. Debí leer varios blogs sobre reseñas literarias en esas fechas y en mi cabeza tenía la imagen de un señor mayor y de bigote, nada mas alejado de la realidad. Poco después de iniciar la primera sesión me repetía a mí misma que me sonaba mucho su cara. Resultó que era vecino de mi barrio y leyendo su perfil vi que incluso tenemos contactos comunes en la revista El Duende de Madrid. Su papel es fundamental para encauzar el debate y creo que lo hace francamente bien. He leído comentarios suyos en Internet con los que no estoy muy de acuerdo, pero eso no le quita mérito y capacidad para la tarea que nos ocupa. Arroja luz sobre muchos aspectos que, de no tener estas claves, se me pasarían por alto, y tiene suficientes referentes como para que los debates que iniciamos los asistentes puedan tener desarrollo y el encuentro resulte espontáneo.

Pero sobre todo ha sido el grupo lo me ha parecido completamente enriquecedor. No he sido capaz de memorizar ninguno de sus nombres y no siempre acudimos los mismos. Cinco sesiones son muy poquitas para tomar conciencia de sus personalidades y de lo que podemos intercambiar, pero me sirve para darme cuenta de que compartir la lectura le da otro tono, activa ciertas reflexiones que por mí sola habría sido incapaz de iniciar y me permite observar otros puntos de vista.

La organización por parte de la librería es buena, como todo lo que hacen. Aunque creo que esta idea se podría haber explotado comercialmente con algún otro valor añadido: un precio más económico incluyendo la compra de los 5 ejemplares en cuestión; de este modo el coste global para el asistente no sería tan alto y la librería se aseguraría las ventas de los libros a cambio de una reducción en la cuota, o bien incluir una consumición por cita. Esta reflexión sobre la parte comercial la hago porque de entrada no sé valorar si el precio es adecuado o es caro (50€ por el ciclo completo), ya que la experiencia resulta difícil de mantener más allá de este experimento. Supongo que con esta cantidad se paga la organización y al profesional. Realmente una clase de cualquier disciplina hoy en día no te sale por menos de 12-15 euros, así que desde este punto de vista debo pensar que no es realmente excesivo (pues resulta a 10€ la “clase”). Pero cuando lo he comentado con algún amigo sí que me han dicho aquello de: “Ufff. Es algo caro, ¿no?” A lo mejor estamos ante esta situación tan común por la que nos cuesta valorar determinadas tareas a diferencia de otras, que creemos que sí valen lo que pagamos.

Yo, de entrada, no me arrepiento del gasto efectuado. La experiencia me ha gustado y he podido leer de otro modo. Solo voy a participar en la lectura compartida de tres libros, porque hay dos de ellos que no me han motivado y mi agenda se ha complicado un poco algunas semanas. Los cinco propuestos son los siguientes:

Proyectos de pasado, Ana Blandiana (Periférica)
El sendero del bosque, Adalbert Stifter (Impedimenta)
En lugar seguro, Wallace Stegner (Libros del Asteroide)
Agua, Torgny Lindgren (Nórdica)
Ágape se paga, William Gaddis (Sexto Piso)


Y yo he leído los tres primeros. De todos me quedo con la novela final. La que yo ya había elegido y quería leer por encima de todo. La de la editorial cuyos proyectos más me atraen (de las cinco editoriales del grupo CONTEXTO que forman parte de esta iniciativa): Libros del Asteroide.

De los comentarios de mis compañeros me quedo con aquello que dijo uno de ellos al comentar la lectura complicada de los relatos de Ana Blandiana: “el peligro de lo simbólico es que tú lo puedes hacer todo lo grande que quieras, según el valor que le des a la idea”. También con el gusto de otro de los compañeros por leer en alto los pasajes que más le impresionan y por el jugo que le sacamos todos a la historia sencilla de “El sendero en el bosque”.

Ojalá surjan más iniciativas como ésta, más extensivas (un libro al mes, durante un año entero) y con diferentes temáticas o géneros. No sólo narrativa y con más presencia de autores españoles.