lunes, 22 de octubre de 2007

Se agradece


El País lo había anunciado con su buenhacer publicitario y su "don de medios". Y los que vemos la corrida desde la barrera, amparados en nuestro teclado inofensivo y nuestro ojo criticón nos estábamos deleitando con la perspectiva de opinar sobre el supuesto cambio. Hoy, sin embargo, me he levantantado escéptica con todo, incluso con mi actitud aburrida de criticar sin más, así que no haré lo obvio (observar que no veo un gran cambio entre las páginas del nuevo diario "global") sino que reflexionaré sobre lo difícil que debe ser mudar de manto sin perder al cliente fidelizado. También reflexionaré sobre la incoherencia de quienes solemos criticar que no se profundiza suficiente en los temas porque no hay tiempo y todo abruma, pero nos permitimos analizar y juzgar un periódico por el cambio de color de sus páginas.


¿Tal vez el cambio de El País es tan profundo que se irá desgranando día a día en cada entrega dosificada de su innovación? Eso estaría bien y sería un puntazo por parte de una empresa como PRISA, que sabe tanto tanto de productos mediáticos.


Yo no sé mucho y por eso mis comentarios más inteligentes los he intercambiado con mi compañero de trabajo, cuando me ha conseguido el suplemento del domingo que en la oficina misteriosamente no estaba. Había volado.


_Es que el periódico ha cambiado y quiero echarle un vistazo.


_Ah. ¿Que ha cambiado? Bueno, no lo sabía.


_Sí. Contrataron a un tipo de Edimburgo, creo. Para hacerles un cambio radical.


_Ah. Ya lo veo. Está aquí.


_¿El qué? ¿El cambio?


_Sí, fíjate, ahora tiene una rayita azul encima.


_Yo lo que veo es que viene mucho más gordo. El suplemento, digo. Pero la portada es horrorosa.


_Yo la veo como siempre.


_No, qué va. Fíjate. Ahora todo es imagen. Parece un catálogo.


_Yo lo veo igual. Pero fíjate en la rayita...



Es verdad. Ahora sí que la veo.


Por dentro, el contenido no me parece muy distinto. Muy reforzado, eso sí, que es una palabra que se usa mucho ahora en la empresa. Está "reforzado" el interior porque ahora hay muchos más artículos que antes. Pero la temática no ha sufrido una gran revolución. Claro que tal vez no era el objetivo, porque el periódico dice que es el "periódico global" y a mí sí que me suena coherente esta intención de ser algo así, redondo, colectivo, muy "para todos" y muy acorde con lo que se lleva y está dominando.

Yo antes creía, eso sí, que el término "global" era malo. Pensaba que los medios progresistas tendían más a lo minoritario (aunque ya fuese tendencia). Pero nunca pensé que ser "global" fuese algo que festejar.

Por eso tal vez el periódico ha hecho un giro a la coherencia, y ahí es más valiente.
El tema de la ecología lo trata como siempre, de forma global, y nos da cincuenta ideas sencillas para salvar el mundo. Es muy global, claro. Y muy entretenido, que es algo importante ahora para todo producto. Hay que entretener, porque necesitamos muchos estímulos y con mucha frecuencia.

Otros conceptos muy familiares, que el periódico no ha querido dejar atrás en la mudanza son temas como: "bazar" "guía práctica" "pistas para ser felices" o "la mirada de". Ahí nos encontramos con su familiar estilo de revista de modas, que nos ha gustado tanto todo este tiempo.

Los rostros de modelos consolidadas; cineastas afamados; músicos consagrados y las plumas bien sólidas de siempre nos ayudan para que convertirnos en algo global no sea muy traumático.
En definitiva, yo no he notado un gran cambio, pero la intención de renovarse se agradece. Tal vez los que tengamos que renovarnos somos nosotros y El País sólo nos está ayudando a darnos cuenta. Él pone la rayita. Y nosotros tenemos que poner el resto. No vayamos a exigir a la prensa que refleje algo que no es real. Los reales y los globales, me temo, que somos los del otro lado. A ver cómo nos las apañamos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que los cambios no son cosa de un día, ni de dos ni de tres, hay que darle tiempo al tiempo, así que ya veremos en qué queda toda esta renovación de "El País".

Toda la vida diciendo que cómo era posible que no tildaran la I de PAÍS, y ahora que lo hacen, me resulta raro raro. Y no me gusta lo de "EL PERIÓDICO GLOBAL EN ESPAÑOL", a la vez que pretencioso me resulta fatuo, vacío de contenido. Será porque yo creo más en lo global-local que sólo en lo global.

Tampoco me va demasiado que digamos el orden de secciones, eso de poner Opinión en tercer lugar después de Economía... Soy más de que esté al principio o como estaba antes, después de Internacional. Y tampoco me gusta aquello de ESPAÑA en vez de NACIONAL. Quién sabe... a lo mejor anda detrás de esto el amigo ZP y su famoso "Gobierno de España".

Por lo demás, comparto lo que dices del reforzamiento interior, y creo que los tonos azules le dan una mayor suavidad, aunque sin perder carácter alguno por ello. Estos días he escuchado quejas acerca de que el texto ha disminuido en favor de la foto, pero yo no lo veo así.

Y en cuanto a "El País Semanal", cierto es que parece más un catálogo que un suplemento dada la portada. Y lo del grosor, es cuestión de semanas que baje, no olvidemos que los primeros números de algo llevan ya tiempo cocinados, preparados y engordados a la espera de ser degustados.

En conclusión, yo tampoco he notado gran cambio alguno, y la verdad es que tampoco me lo esperaba, a pesar de la publicidad hecha.

Por último, me gustaría preguntarte Marta en qué debemos renovarnos nosostros los lectores.

Y sin más, hasta la próxima.

Saludos.

M.R.G. dijo...

Querida Isabel María, gracias por comentar y opinar con tanta generosidad.

Te respondo:

Renovarse siempre es bueno, en cualquier caso, es cíclico y responde a necesidades. En el contexto que nos ocupa, hablo de que si (como en mi caso) nos parece tal vez mínimo el cambio de El País, que a mí me gusta como diario pero que se ha acomodado mucho en su función de ser una "guía de tendencias", que solo explora lo ya consolidado, la razón sea que sus lectores no hemos salido tampoco mucho de esta postura confortable.

Yo trataba de hacer un "mea culpa" al echar sobre nosostros la responsabilidad de pensar un poco diferente para exigir que quienes piensan en papel también lo hagan.

A este diario, en general, le falta cuestionarse cosas. Como a todos nosotros, en general. ES ley de vida.