domingo, 1 de junio de 2008

Lecturas con retraso III: BARTLEBY, EL ESCRIBIENTE

He leído la versión clásica de este título, aunque recientemente se ha publicado su versión ilustrada (en la colección de ILUSTRADOS de Nórdica Libros, que llegó a mis manos unas semanas después).

Se trata de un relato magistral, en tono kafkiano y desarrollado con la simplicidad de una voz narrativa que, abanderada del sentido común, es capaz de contraponer su realidad lógica a lo absurdo de la situación que expone. 



La acción transcurre en Wall Street, zona de negocios deshumanizada y alienante, en la que trabaja un abogado con sus ayudantes. A este equipo se incorpora Bartleby, un hombre peculiar, que rompe las reglas sociales y laborales básicas mediante una única frase: 

"Preferiría no hacerlo"


Todo el orden se trastoca para el narrador, que no sabe cómo encajar la resistencia pasiva de su nuevo empleado y la incomunicación que bloquea cualquier alternativa para razonar con él.

Nuestro relator pasar por explorar diversas emociones y estrategias. Le mueve su amplio sentido del orden, de la responsabilidad, la caridad y la compasión. Pero le derrota el desconcierto, su incapacidad para gestionar una realidad que rompe las normas básicas de relación y crea una situación que se basa en el absurdo.

Detrás de esta narración podemos adentrarnos en el esbozo de la soledad que amenaza al hombre del siglo XX (XXI también, claro), en un entorno urbano capaz de devorar la individualidad de sus habitantes, que quedan fuera de contexto y significado en cuanto se salen de las pautas de comportamiento comunmente aceptadas.

Es una historia triste; a veces, caricaturesca, pero dramática por lo extremo de la incomunicación y soledad de sus personajes.

La realidad poco a poco va resultando menos equilibrada y las personas quedan a expensas del ritmo vital de la metrópoli, que deja atrás, descolgados, a quienes no se adaptan a la norma.

Humanidad, incomunicación // soledad, masificación // bondad, indiferencia...

El juego de contraponer sentimientos emociones y vivencias nos permite vivir en la piel de este abogado, a quien sobrepasa la pequeñez de una anécdota que termina por imponerse, en su tamaño y dimensión, a su propia perspectiva, sensatez y cordura.

 

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente descripción de una extraordinaria obra y mejor escritor.
Al leer El escribiente, uno aprende mucho y fundamentalmente a tener varias perspectivas de un mismo asunto. Así se decide mejor.
En la biblioteca del sitio que promuevo, se encuentra disponible una versión de esta misma obra en el formato power point. El libro electrónico es de cortesía descarga gratis. Muy cordialmente, Gustavo